Corría junio de 2019, un año especial para mí, ya que solo un mes antes había nacido mi primera hija y por esas situaciones del destino siendo editor de otro connotado sitio de tecnología de la plaza hispanoamericana, recibí una invitación para ir a China a los cuarteles generales de Huawei para conocer su nuevo celular insignia: el Huawei P30 Pro, que prometía revolucionar la experiencia móvil, de fotografía, y velocidad.
Desde las pruebas iniciales decidí que tenía que tenerlo, ya que además de ser el último modelo de la marca china con sistema operativo de Google, lo que facilitaría muchas cosas como regular de Android, quedé muy impresionado con su diseño de bordes curvos cuidado, con un color negro casi brillante con una dosis alta de sobriedad y elegancia, pero más aún con sus capacidades de memoria y rendimiento y una cámara que sigue siendo muy buena y que hace 6 años atrás era bestial.
Tenía un control de volumen y una tecla de reposo / activación como sus únicos controles de hardware en el borde, además de un conector USB tipo C en la parte inferior del teléfono y una bandeja SIM en la parte superior. No tenía un conector para auriculares de 3,5 mm, al igual que el Huawei Mate 20 Pro.

Especificaciones de campeón
Este celular venía con unas especifiaciones muy altas para 2019, quizás con la única duda del procesador Kirin 980 de ocho núcleos, que superó con creces cualquier temor inicial. El P30 Pro tiene una pantalla Full HD+ de 6.47 pulgadas, en variantes de 6GB de memoria RAM y 128GB de almacenamiento, o 8GB de memoria RAM y 128GB, 256GB o 512GB de almacenamiento interno.
La cámara del Huawei P30 Pro es cuádruple en configuración 40MP + 20MP + 8MP + TOF, mientras que su cámara frontal es de 32MP. El P30 Pro tiene una batería de 4200 mAh con carga ultra rápida que permite cargar al 70% en 30 minutos, cámara rápida inalámbrica, lector de huellas bajo pantalla, resistencia al agua, y sonido Hi-Fi, corriendo inicialmente Android 9.0 Pie con la interfaz EMUI.
Dentro de sus principales activos para la época e incluso para los tiempos que corren era una alta resistencia al agua, de hecho nunca fue problema para mí que le cayera un poco de líquido, una muy buena densidad de pixeles (398ppi), y una batería que podía tener el equipo con carga completa por más de un día y medio.
Más valioso aún, tenía una excepcional carga rápida y además inalámbrica, lo que era demasiado útil en entornos de trabajo cuando necesitabas tener tu batería lo más llena posible.
El sonido estaba un poco al debe, sin sonido estéreo ni radio FM, marcando un estándar que luego se convirtió en regla general para el futuro.

La cámara era lo mejor
Su sistema de cámara Cuádruple, 40MP+20MP+8MP+TOF era realmente insuperable, la calidad de sus fotos siempre fue alta, incluso en entornos dificultosos, con un modo Noche que cumplía muy bien y un incipiente modo Luna que servía para jugar un poco y un notable zoom óptico 5X.
La lente principal de 40 megapíxeles era un gran angular con una apertura de f/1.6 y estabilización óptica de imagen (OIS). El lente ultra gran angular de 20 megapíxeles tiene una apertura de f/2.2, y el teleobjetivo de 8 megapíxeles también tiene una apertura de f/3.4 y OIS. Estas tres lentes están soportadas por un sensor de tiempo de vuelo. El P30 Pro presenta Super Zoom, un sistema de zoom periscópico que ofrece un zoom óptico de 5x y un zoom híbrido de 10x, y cambia un sensor RGGB por el sensor SuperSpectrum RYYB de Huawei para aumentar la cantidad de luz absorbida en un 40 por ciento.
Cabe recordar que la cámara es Leica, y tiene dos características especiales principales: una función de zoom periscópico y la capacidad de tomar imágenes brillantes con poca luz.
Pero además de todo lo anterior, el P30 Pro te daba muchas oportunidades creativas. Hay tantos modos y cosas diferentes para probar que no te aburrirás con el uso de la cámara. Desde el modo monocromático y el desenfoque de fondo asistido por IA en los videos, hasta el filtro de salpicadura de color (donde un color se aísla contra una imagen en blanco y negro) y el modo bokeh de apertura altamente efectivo, es una mezcla heterogénea de diversión con la cámara.
Sería hasta hoy mi celular si no fuera por…
Sinceramente nunca me habría desecho de mi Huawei P30 Pro si no hubiera sido por un triste detalle: después de 5 años de uso, con un rendimiento muy bueno, sin sobrecalentarse, con almacenamiento perfecto para actividades cotidianas y de trabajo y con una cámara que aún era una bestia por ese entonces, sufrió lo que tarde o temprano le pasa a muchos, entre mis manos se escurrió un día desafortunado y aún cuando tenía una carcasa muy sólida, su linda pantalla sufrió una trizadura de la que nunca se recuperó.
Un día comenzó a mostrarme fallos de software en la pantalla, con líneas de colores apareciendo como un arcoíris del apocalipsis y con una especi de estática que se llevaba los elementos hacia la parte superior del celular.
Aunque su rendimiento interior no cambió, esa falla estética funcional hizo que tuviera que jubilarlo. Hoy es un celular de emergencia mientras uso actualmente un Samsung Galaxy A55. Nunca más fui gama alta desde entonces, y lo de ahora está bien, pero eso es otra historia.